Las despedidas mixtas se han convertido en una tendencia cada vez más habitual para celebrar el fin de la soltería de una forma original y compartida. Reunir a amigos y amigas de ambos promete más diversión, más anécdotas y una experiencia única. Sin embargo, para que funcione hay que planificar con cabeza, tener en cuenta la personalidad de los novios y ofrecer actividades variadas que gusten a todos.
1. Gymkanas temáticas
Las gymkanas urbanas son perfectas para romper el hielo, fomentar la complicidad y que todos los invitados se conozcan mejor desde el primer minuto. Podéis elegir entre temáticas clásicas como detectives, piratas, aventuras medievales o concursos de pistas por la ciudad, adaptando el nivel de dificultad y el recorrido a la edad y energía del grupo.
Las pruebas pueden incluir juegos de habilidad como carreras de sacos o pruebas de equilibrio, preguntas comprometidas y divertidas sobre los novios, búsquedas del tesoro, retos fotográficos o incluso vídeos que después se pueden recopilar como recuerdo de la despedida. Algunas empresas ofrecen la posibilidad de diseñar pruebas personalizadas relacionadas con la historia de la pareja, como localizar lugares clave de su relación o superar retos inspirados en anécdotas reales.
Si el grupo prefiere algo más físico y no le importa mojarse o acabar lleno de espuma, una gymkana de humor amarillo es una opción brutal y cada vez más popular. Este formato se inspira en los programas de televisión japoneses y combina combates en hinchables gigantes, luchas de sumo, carreras de relevos con obstáculos imposibles, batallas de gladiadores y juegos de agua para refrescarse en verano. La clave aquí es reírse de uno mismo, no tomarse nada en serio y salir lleno de moratones… de tanto reír.
Este tipo de actividad es perfecta para grupos mixtos porque no importa la forma física ni la edad: cada prueba se adapta a todos los participantes y el objetivo es divertirse sin filtros. Además, es un plan económico, que se puede organizar en polideportivos, recintos multiaventura o incluso en fincas privadas. Muchas empresas incluyen monitores para dinamizar el juego, material homologado y zonas de picnic o barbacoa para seguir la fiesta después.
2. Fiesta en barco
Alquilar un barco o catamarán es una de las experiencias estrella para una despedida mixta porque combina diversión, relax y un ambiente único. Además de música, copas, vistas y chapuzones, se pueden contratar packs que incluyen DJ en directo pinchando las canciones favoritas del grupo, barra libre de bebidas premium, picoteo tipo catering y animación a bordo con juegos y concursos organizados por un monitor.
Algunos barcos permiten llevar decoración personalizada: globos, guirnaldas, disfraces marineros o camisetas iguales para todos. También se puede preparar un photocall náutico para sacar fotos épicas. Es habitual incluir deportes acuáticos como banana boat, motos de agua o paddle surf para que la experiencia sea aún más completa.
Muchos catamaranes y barcos organizan paradas en calas escondidas para darse un baño, practicar snorkel o simplemente relajarse tomando el sol. En algunas ciudades se ofrece la opción de combinar la fiesta en barco con una comida en chiringuito o beach club.
Es clave reservar con antelación, sobre todo en primavera y verano, cuando la demanda es altísima. Para grupos grandes suele ser mejor reservar la embarcación en exclusiva y personalizar todos los detalles: música, ruta, menú y duración. Para grupos más reducidos, apuntarse a fiestas compartidas también es una opción divertida y económica. Lo importante es pactar bien horarios, confirmar el servicio de catering y asegurarse de que haya suficiente bebida fría para que la diversión no pare.
3. Cena temática con espectáculo
Las cenas con espectáculo siguen siendo un clásico que nunca falla en una despedida mixta porque mezclan buena comida, ambiente festivo y entretenimiento para todos los gustos. Hay restaurantes especializados que ofrecen una experiencia completa con shows de humor, actuaciones de drag queens, concursos interactivos, karaoke para que el grupo se luzca y hasta bromas sorpresa para los novios.
Algunos locales tematizan la noche con estilos como cabaret, burlesque, años 80 o noches de casino, con decorados, vestuario y música a juego. Es habitual que se incluya animación durante la cena, con animadores que sacan a la gente a participar, música en directo y un photocall donde inmortalizar la noche.
Para grupos grandes, reservar un espacio VIP o un reservado privado permite tener más intimidad y libertad para personalizar detalles como una tarta especial, regalos, un vídeo sorpresa con mensajes de amigos o incluso una actuación improvisada preparada por los invitados. Muchos packs incluyen la entrada posterior a la discoteca cercana con acceso preferente y primera copa, para que la fiesta continúe sin complicaciones.
Una buena idea es contactar con el restaurante con antelación para preparar bromas personalizadas, anécdotas o juegos que sorprendan a los novios y dejen a todos con la sonrisa puesta hasta el final de la noche.
4. Aventura y adrenalina para todos
Para los grupos más cañeros que buscan una dosis de adrenalina, hay un montón de opciones de aventura adaptables a una despedida mixta. El paintball sigue siendo el clásico imbatible: combina estrategia, trabajo en equipo, movimiento y un buen chute de risas. Podéis dividiros en equipos mixtos, inventar misiones personalizadas o montar una «batalla de sexos» para subir la tensión.
El láser tag es otra alternativa si preferís algo más tecnológico y sin mancharse, ideal si la despedida es en una zona urbana. Para los amantes de la velocidad, los karts son perfectos para decidir quién es el piloto estrella del grupo. Y si os gustan las alturas, los circuitos multiaventura con tirolinas, puentes colgantes o escalada en rocódromo son un plan redondo.
Para los que quieren más motor y naturaleza, una ruta en quad o buggy por caminos rurales es una opción cañera y diferente. Si estáis cerca de un río, organizad una jornada de rafting o barranquismo para vivir emociones fuertes y reírse con cada caída al agua.
Los escape rooms se han puesto muy de moda: hay salas para todos los gustos (terror, misterio, historia, ciencia ficción) y fomentan la cooperación, la risa y el pique sano. Lo mejor es combinar la actividad con una buena comida o barbacoa después para compartir anécdotas y comentar los mejores momentos del día.
5. Limusina o party bus
Si buscáis un toque VIP, fotos inolvidables y empezar la fiesta sobre ruedas, alquilar una limusina o un party bus es una apuesta ganadora para cualquier despedida mixta. Muchos packs incluyen decoración interior con globos, luces LED, copas de cava o cócteles, música personalizada e incluso azafatas o animadores que amenizan el trayecto.
Podéis usar la limusina para el traslado entre la cena y la discoteca, o dar un paseo panorámico por los puntos más icónicos de la ciudad, parando en miradores, monumentos o plazas para hacer fotos grupales y vídeos divertidos. Los party bus son una versión aún más cañera: auténticas discotecas rodantes con pista de baile, barra, pantallas y karaoke a bordo para calentar motores.
Algunas empresas incluyen entrada VIP a discotecas, acceso sin colas y primera copa incluida. Además, podéis personalizar el interior con mensajes, fotos de los novios o elegir una playlist para que no falte vuestra música favorita.
Un buen consejo es definir bien la ruta con antelación y pactar el tiempo de cada parada para aprovechar cada minuto. Y no olvidéis preparar cámaras y móviles, porque los momentos dentro de la limusina o el bus quedan para el recuerdo… ¡y para Instagram!
6. Relax
Si queréis algo más tranquilo antes del gran fiestón, un plan relax siempre encaja de maravilla para una despedida mixta. Reservar un spa urbano con circuito termal, piscina climatizada, sauna, baño turco y una buena sesión de masajes es perfecto para desconectar del estrés y recargar pilas. Muchos spas ofrecen packs especiales para grupos, con tratamientos de belleza, rituales de aromaterapia o masajes en pareja para los novios.
Las beauty parties también son una opción cada vez más popular, especialmente si hay invitadas que se conocen poco. Incluyen sesiones de peluquería, manicura, maquillaje profesional y un brindis con cava o cócteles. Podéis combinarlas con un brunch, una merienda dulce o incluso contratar un fotógrafo para inmortalizar el antes y el después.
Otra idea es organizar una sesión de yoga grupal, pilates o meditación guiada para relajar cuerpo y mente. Si se celebra en una casa rural o villa, podéis contratar a un instructor para hacer la actividad al aire libre. Es una forma original de desconectar, unir al grupo y dejar a todos con buen rollo para llegar a la noche con energía y ganas de darlo todo en la pista de baile.
7. Fin de semana de desconexión total
Una casa rural, una villa con piscina o una escapada a la playa convierten cualquier despedida mixta en una auténtica mini-vacación llena de momentos memorables. Es ideal para grupos grandes porque se reparte el presupuesto y se pueden planificar varias actividades para que cada día sea diferente.
Podéis montar una gran fiesta de disfraces elegida por los novios, organizar una barbacoa al aire libre, juegos estilo «Grand Prix» con pruebas locas y divertidas o concursos de karaoke por equipos para sacar el lado más showman de cada invitado. Si la casa cuenta con piscina, las batallas de colchonetas, hinchables gigantes y juegos acuáticos se vuelven imprescindibles para refrescarse y echarse unas buenas risas.
Un plan estrella para cerrar la noche es preparar una fiesta temática: «noche ibicenca» con todos de blanco, «fiesta mexicana» con sombreros, guacamole y margaritas o incluso «noche de pijamas» con decoración especial, rincón de chuches, photocall y una playlist que invite a cantar hasta el amanecer. Además, podéis contratar un DJ o un fotógrafo para inmortalizar cada momento y llevaros un recuerdo único de la escapada.
8. Talleres y actividades creativas
Los talleres originales son cada vez más populares para despedidas mixtas porque ofrecen experiencias diferentes y divertidas para todo el grupo. Un taller de coctelería, por ejemplo, es ideal para aprender a preparar mojitos, daiquiris, gin tonics o cócteles personalizados mientras se brinda y se ríe entre amigos. Se puede hacer en un local especializado o en la propia casa rural si hay espacio.
Las clases de baile también son muy demandadas: desde salsa y bachata hasta hip hop o incluso organizar una coreografía divertida para grabar un videoclip que quede para el recuerdo. Si queréis un plan gastronómico, una cata de vinos o de cerveza artesana con maridaje o un showcooking con un chef privado es un plan perfecto para disfrutar de la buena mesa aprendiendo trucos y recetas.
La risoterapia es una actividad menos conocida pero cada vez más valorada: dinámicas grupales, juegos y ejercicios para soltar carcajadas, relajar tensiones y crear un ambiente de complicidad antes de la gran noche. Para los más atrevidos, un taller de burlesque rompe la timidez y anima a todos a soltarse, bailar y pasarlo en grande sin complejos.
9. Juegos y bromas personalizadas
Los juegos improvisados dan muchísimo juego en una despedida mixta y ayudan a romper el hielo entre invitados que no se conocen tanto. Podéis preparar pruebas picantes adaptadas a la personalidad de los novios, preguntas tipo «quién es más probable que…» para descubrir secretos divertidos o retos en grupo con desafíos que mezclen ingenio, rapidez y un toque de humor.
Para darle un punto extra, podéis repartir camisetas personalizadas con frases graciosas, chapas con sobrenombres o preparar una «caja de bromas» con accesorios como gafas gigantes, pelucas o sombreros para que todos entren en ambiente y las fotos sean aún más divertidas.
Un detalle que siempre emociona es proyectar un vídeo sorpresa con fotos de infancia, anécdotas curiosas o mensajes de amigos y familiares que no han podido asistir. Además, se pueden entregar «premios» simbólicos para los que mejor bailen, los que más se impliquen o quienes se lleven el título de alma de la fiesta. Todo suma para que la noche quede grabada en la memoria de todos.
Una despedida mixta bien organizada combina actividades variadas, sorpresas y momentos inolvidables. Piensa siempre en la personalidad de los novios, combina planes fiesteros con ratos de relax y apuesta por detalles personalizados que sorprendan.
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